No las planeás demasiado, en sí, no las planeás. En realidad querrías que nunca pasaran. Son momentos, tal vez ínfimos minutos. Palabras que se cruzan. Lágrimas que a veces ruedan, caen, se escapan. Impulsos que no se pueden frenar.
Querer volver atrás y no haber emitido palabra. Pero tal vez de algo sirvió. Sacás lo que no querías guardar más, y rogás que por favor... ya no vuelva...