
Siento el fuego de tu calma, tus manos tienden a aferrame,como si no supieran que pienso quedarme. A mis ojos no les sale abandonarte, esos gestos, tan tuyos, que ya son míos y los guardo.
Y el tiempo que me das, que nos regalamos, es tan valioso como nuestro: se da sin condiciones, abrazando las palabras, inventando juegos de un amor tan simple, sin trucos ni estragegias.
Conteniendo el aliento llegas y espero tu beso...
Nunca es tarde para dar, nunca es bueno el qué dirán, escucharlo es ensuciarse de oscuros maleficios, rompo las cadenas del prejuicio, y pienso poco, o mucho y disimulo, pero el tiempo va a darme una razón y muchas para seguir apretando tu cintura, y que el calor de nuestras manos haga que resblaen y tal vez se suelten,
pero yo voy a seguir a tu lado, y vos vas a estar ahí para apretar mi cintura, y aferrarme una vez más, como si no supieras que pienso quedarme...
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